jornada laboral

 

Hace algo más de 100 años que en España se instauró la jornada laboral de 8 horas. Asimismo, vamos camino también de la fecha del centenario en la que Henry Ford marcó tendencia al reducir de seis a cinco jornadas hábiles a la semana sin que ello supusiera una merma en la productividad de sus negocios ni en los salarios de sus trabajadores. Algo que se expandió al resto de países occidentales y que hoy es prácticamente la norma a nivel mundial.

Sin embargo, el propio Henry Ford dijo que ni la reducción a cinco jornadas laborales a la semana ni a las 40 horas de trabajo semanales eran axiomas inamovibles. De hecho, más bien afirmó todo lo contrario. Sin embargo, a pesar de que Internet y las nuevas tecnologías han conseguido incrementar la productividad exponencialmente, seguimos trabajando cinco días a la semana durante 8 horas.

Varios estudios, entre ellos algunos muy importantes realizados por la OCDE, demuestran que la productividad no está ligada a un mayor número de horas de trabajo. Más bien, todo lo contrario. Por ello, no es de extrañar que el debate acerca de la reducción de la jornada a 4 días semanales y 32 horas de trabajo efectivo esté sobre la mesa. Pero ¿es realmente viable? Aquí vamos a analizarlo.

 

¿Cómo es la propuesta de la jornada laboral de 4 días?

Bélgica sorprendió a Europa hace algunas semanas al introducir en su reforma laboral una medida que permitía a los trabajadores desarrollar sus funciones durante 4 días a la semana. Sin embargo, el número de horas laborables se han mantenido igual. Así que, si quieren disfrutar de un día más de descanso, tienen que compensarlo echando más horas de lunes a jueves.

Sin embargo, el modelo planteado por Más País para implantar la jornada laboral de 4 días no tiene nada que ver. ¿El motivo? Mantiene las 8 horas de trabajo diario, lo que quiere decir que los empleados ven reducido a 32 horas el tiempo que dedican a la empresa que los ha contratado. Todo ello, como dijimos antes, sin que exista una merma en el salario que perciben.

La propuesta ha sido apoyada por sindicatos como UGT y el Gobierno de España se ha comprometido a realizar un plan piloto para probar la eficacia real de trabajar cuatro días. A él destinará un total de 50 millones de euros durante los próximos años. Una cifra muy ambiciosa. Ya hay 150 empresas interesadas en participar en el proyecto.

 

¿Cuáles son los beneficios de la implantación de la jornada laboral de 4 días a la semana?

Es evidente que la reducción de la jornada laboral de 4 días es percibida como un beneficio laboral asociado a muchas ventajas para el trabajador:

  • Mayor felicidad por parte de los empleados. La mayoría de personas prefiere gozar de tres días de descanso a la semana para poder dedicarlos a sí mismos. De hecho, aseguran que implica una mayor motivación y una reducción en los niveles de estrés muy notables. Trabajar menos es sinónimo de calidad de vida.
  • Más compromiso y felicidad. Por lo general, un trabajador feliz es un trabajador fiel y comprometido con la empresa para la que desarrolla sus funciones. Esto facilita, y mucho, retener el talento, sobre todo, cuando es difícil competir con otras empresas del mismo sector que gozan de mejor situación económica. Actualmente, el denominado ‘salario emocional’ de los empleados es tan importante o más que el monetario.
  • Menos bajas. Casi el 60 % de los españoles ha declarado al INE que sufren algún tipo de estrés derivado de su trabajo. Asimismo, según un informe del mismo organismo, el 30 % de las bajas laborales tienen que ver con este factor. Pues bien. Trabajar 4 días reduce el estrés ya que facilita conciliar la vida personal y familiar, así que se traduce en menos enfermedades y solicitudes de baja.
  • Mayor productividad. Hay estudios por doquier que llegan a la misma conclusión que Henry Ford en 1926: trabajar más horas no es sinónimo de ser más productivo. Más bien, todo lo contrario. Lo que sí repercute en un mayor nivel de eficiencia es ser más feliz en el trabajo y sentir que la empresa vela por los derechos personales y familiares del trabajador.

A esto habría que sumar el ahorro de energía que implicaría un menor número de desplazamientos en coche cada día. Esto, en un momento en el que los precios están disparados y en el que el cambio climático es un problema acuciante, es otro factor a tener muy en cuenta.

Tampoco nos podemos olvidar de que, probablemente, las cifras de desempleo bajaría y de que más personas podrían tener acceso a una oportunidad laboral.

 

¿Y los contras de la reducción de la jornada?

Hay muchas voces que se están alzando contra la reducción de la jornada ‘a lo belga’, es decir, trabajando el mismo número de horas a la semana pero en un día menos. Esto conlleva, obligatoriamente, elevar de 8 a 10 horas diarias la jornada.

Parece obvio que, si los trabajadores ya sufren bastante estrés trabajando 8 horas al día, haciéndolo 10 la situación puede ser bastante peor. Además, si el objetivo es mejorar la conciliación, la medida puede no ser realmente efectiva. ¿El motivo? Tener un día más libre puede no ser una solución real respecto al cuidado de los hijos o de los mayores a cargo del empleado.

Por su parte, parece evidente que los empresarios se van a oponer frontalmente a esta medida, al menos, en caso de que implique una jornada laboral de 32 horas a la semana. Algo que ya hicieron con la subida del SMI (Salario Mínimo Interprofesional). Sin embargo, hasta el momento, ninguna de las terribles previsiones que hicieron en torno a ella (incremento del desempleo, quiebra de empresas, etc.) ha resultado ser real.

Las asociaciones de empresarios ya han empezado a alegar que la jornada laboral de 32 horas conllevará, en el mejor de los casos, una reducción de los beneficios empresariales. En el peor, ante la necesidad acuciante de contratar para compensar esas 8 horas laborales perdidas, la ruina. Sin embargo, no parecen tener en cuenta cómo afecta positivamente en términos de productividad este derecho laboral.

Porque, como dijimos antes, trabajar menos implica mayor felicidad por parte del trabajador y un mayor rendimiento por hora. De hecho, todos los beneficios que citamos anteriormente pueden hacer que todos estos posibles motivos que se alegan contra la jornada laboral de 32 horas queden en nada. Una motivación mayor, unida a menos bajas laborales por causas de estrés, puede equilibrar la balanza de la productividad.

Entonces ¿la jornada laboral de 4 días puede convertirse en realidad?

Si nos apoyamos en los estudios realizados, en los índices de productividad y en el deseo de los trabajadores, la jornada laboral de 4 días es totalmente viable. De hecho, en un momento en el que ambos miembros de la pareja necesitan trabajar para poder hacer frente a sus obligaciones (el alquiler o el pago de una vivienda y una cesta de la compra cada vez más cara), es un derecho necesario, sobre todo, para lograr conciliar la vida personal y profesional.

Así que la respuesta es sí. Al igual que en el resto de países europeos, la jornada laboral en España parece encaminarse hacia los 4 días y las 32 horas semanales. Si finalmente se cumplen las predicciones de crecimiento, estamos ante el momento idóneo para instaurarla.