Está en boca de todos los implicados en el mercado laboral como un derecho en expansión adquirido por los trabajadores y como un incentivo para mejorar su productividad desde el punto de vista empresarial. En nuestra legislación, el Decreto Ley 6/2019 reconoció desde marzo de 2019 a todos los trabajadores el derecho a pedir la adaptación de su jornada y la flexibilidad horaria laboral, modificando el artículo 34.8 del Estatuto de los Trabajadores, cuya redacción actual dice: “Las personas trabajadoras tienen derecho a solicitar las adaptaciones de la duración y distribución de la jornada de trabajo, en la ordenación del tiempo de trabajo y en la forma de prestación, incluida la prestación de su trabajo a distancia, para hacer efectivo su derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral. Dichas adaptaciones deberán ser razonables y proporcionadas en relación con las necesidades de la persona trabajadora y con las necesidades organizativas o productivas de la empresa”.
Las mayores innovaciones del Decreto fueron la de reconocer este derecho incluso a trabajadores sin hijos a su cargo que aleguen “necesidades para solicitar adaptaciones de la duración y distribución de su jornada” y que los empleados ya no tuvieran que rebajar sus horas de trabajo (y, en consecuencia, de sueldo) para conciliar su vida personal con la profesional.
Como se ve, el trabajo a distancia se consideraba en el momento de ese Decreto un caso de flexibilidad horaria laboral, antes de que las circunstancias lo hicieran tan habitual que requirió de regulación propia. Para reseñar aquí los tipos de flexibilidad más comunes no nos fijaremos en el lugar desde donde se realiza el trabajo sino en la distribución de las horas laborales. Se trata de trabajar el mismo número de horas, pero distribuyéndolas mejor en función de las necesidades del empleado y la capacidad de la empresa gracias a la flexibilidad horaria.
Hay varias maneras de aplicar una flexibilidad horaria laboral:
- Semana laboral comprimida. Se concentran las 40 horas de media que marca el Estatuto de los Trabajadores como máximo semanal en solo 4 días de diez horas. Esto libera a los empleados un día más por semana para cualquier actividad personal o de descanso, lo que resulta muy motivador.
- Flexibilidad diaria ajustada. Se aplica la flexibilidad ampliando márgenes de horario de entrada y salida “flotantes” entre los que el trabajador puede elegir sin tener que hacerlo cada día a la misma hora e incluso permitiendo que un día realice una hora de menos y la compense haciendo una hora de más otro día. Esta modalidad se convierte en horario “fijo-variable” si el horario escogido se fija como obligatorio para todos los días. Por último, el mayor grado de autonomía se encuentra en el “horario flexible libre”, donde el empleado gestiona su horario a su total conveniencia siempre que cumpla los objetivos que le marque la empresa.
Ventajas para ambas partes
Que el trabajador adapte su jornada y tenga un horario flexible supone también ventajas para la empresa. Los empleados sentirán que la empresa se esfuerza para que realicen su trabajo cómodamente, que es sensible a sus necesidades y eso elevará su grado de compromiso. Esa satisfacción y la sensación de autonomía se comunicará al resto de empleados mejorando el clima laboral de la oficina, favoreciendo la consecución de objetivos e incidiendo directamente sobre la productividad.
La flexibilidad horaria laboral y posibilidad de conciliar son prioridades de los empleados españoles, así que su implementación reduce los riesgos de perder talento y la tasa de absentismo laboral. Cuanto más realizados se sientan los empleados en su vida personal y mejor tratados en la vida laboral, mayor será su creatividad porque no todos los empleados son productivos en los mismos momentos del día. La flexibilidad horaria les permite rendir al máximo durante las horas necesarias sin ‘quemarse’ por apoltronarse en sus escritorios cuando no son productivos ni proactivos. Si realizan su tarea en menos tiempo, es preferible que salgan antes a que se queden engrosando los porcentajes de presentismo laboral.
Cómo aplicar bien la flexibilidad horaria laboral en la empresa
Hay que dejar claras las condiciones y explicarlas a los empleados con detalle hasta que se habitúen a trabajar de esta forma, recordando que la flexibilidad horaria laboral no depende ya de las circunstancias familiares desde el Decreto 6/2019 y que el tiempo de todos los empleados es igualmente importante para no hacer distingos que malograrían esta dinámica al confundirse con privilegios.
Para obtener los mejores frutos de esta opción, obligatoria por ley y beneficiosa para ambas partes cuando se ajusta a necesidades mutuas, es imprescindible planificar y gestionar las horas trabajadas a través de sistemas de control horario como los de Cucorent, que admiten el manejo de múltiples horarios diferentes con toda fiabilidad. La empresa necesita hacer un seguimiento en tiempo real de la flexibilidad para perfeccionar su aplicación caso por caso, y para ello tiene que cuantificar cuánto trabaja cada empleado y con qué resultados apoyándose en el sistema de control horario más adecuado en cada sector.