metodologia agile

 

La gestión de proyectos es un ámbito en el que hay que tener una perfecta planificación de todo lo que va a llevarse a cabo si se desea disponer de una garantía de éxito sólida. Fueron muchos los años de análisis para encontrar metodologías adecuadas. La Agile fue una de las grandes vencedoras. Es más, la metodología agile es hoy un recurso al que pocas empresas renunciar, aunque, por supuesto, hay que saber exactamente qué es y qué tipos existen para que se pueda implementar de forma adecuada.

 

Qué la metodología agile

Como dijimos, hay que empezar comprendiendo exactamente de qué hablamos cuando nos referimos a esta metodología. La metodología ágiles son estrategias que se basan en la división de grandes proyectos en pequeñas tareas que se realizan de forma separada y, en muchas ocasiones, de manera simultánea.

Realmente, la base de este tipo de trabajo es muy bien conocida por cualquier profesional que tenga que trabajar en equipo. Dividir las tareas es siempre una forma correcta de reducir los plazos de entrega de un proyecto. Eso sí, no siempre se pone en práctica porque son muchos los aspectos a tener en cuenta para que todo pueda salir bien.

Los principales problemas que presenta esta forma de trabajo están en el cómo lo entienden los que profesionales que están colaborando en distintas partes del proyecto. Agile no significa que cada uno de ellos realice una parte del trabajo por su cuenta y luego todos los trozos del proyecto se unan.

Lo que hemos dicho anteriormente es, sin la menor duda, sinónimo de fracaso. No se pueden reducir los plazos de entrega de forma que el proyecto termine adoleciendo de calidad, ya que lo importante es ser más eficiente manteniendo altos estándares en la consecución del objetivo planteado. De otra forma, ninguna estrategia de trabajo podría tener sentido.

Hay que prestar atención a cómo nace esta forma de trabajo para entender su identidad propia. Fueron los CEOs de diversas empresas dedicadas al mundo del software los que la implementaron y desarrollaron de forma conjunta. A principios de los años 2000, el esquema de trabajo que se seguía en la industria informática era el mismo que en otras muchas áreas, por lo que una empresa y un grupo de trabajo se hacían cargo del desarrollo de un producto de forma íntegra.

El resultado era que los tiempos de entrega se alargaban enormemente y que incluso faltaban aspectos como la creatividad que nace de la interrelación entre los diferentes miembros de un equipo de trabajo.

Así nace una metodología que tiene como objetivos una serie de ventajas que son las que vamos a ver a continuación.

 

¿Qué se busca con las metodologías ágiles?

Como ya hemos visto antes el punto de partida problemático al que tenían que enfrentarse los encargados de proyecto de muchas grandes empresas, no van a ser nada extrañas las ventajas que se buscan, y que se consiguen, cuando se implementa de forma correcta este tipo de forma de trabajo.

Son tres fundamentales, aunque hay muchas más derivadas. La primera de todas es la mejora en la calidad del producto final minimizando al máximo los errores debido a la interrelación de varios equipos profesionales.

La segunda es el aumento del compromiso de los equipos con el proyecto en su conjunto y con la parte concreta que les toca desarrollar. Al ser designados para un desarrollo en especial, pero tener que entrar continuamente en relación con otros equipos que llevan otras partes, esta metodología aumenta la sana competencia entre grupos, lo que se va a traducir en una importante relación competitiva que, si se sabe llevar de forma adecuada, solo redundará en el beneficio del proyecto.

La tercera ventaja es la que se buscaba desde un principio. Trabajar según un esquema ágil consigue mejorar la productividad de forma significativa. Los motivos son muchos y van desde una mejor asignación de los recursos humanos y materiales, algo que es completa responsabilidad del manager de proyecto, hasta un uso de los tiempos más adecuado gracias a la competitividad y la implicación con el trabajo que antes vimos que se derivan de la implementación de esta metodología.

 

Diferentes tipos de metodología agile

Pero, después de todo lo dicho, hay algo que escapa a muchos profesionales que incluso saben qué es esta metodología de trabajo. Existen diversos tipos de implementación que se adaptan a diferentes contextos y trabajos y que es importante que un responsable de equipo conozca para saber qué es lo que se necesita para un proyecto concreto.

En la siguiente lista vas a poder ver las diferentes formas en las que las metodologías ágiles pueden tomar forma a la hora de llevar a cabo un proyecto concreto:

  • Scrum: esta es una de las más versátiles de todas, ya que se puede aplicar en contextos muy diferentes sin que sus especificaciones cierren la puerta a casi ningún ámbito de trabajo concreto. Scrum tiene como finalidad dar solución a problemas complejos y se basa en el análisis de datos empíricos, por lo que cualquier decisión debe tomarse en base a los datos que ya existen. El primer paso no es más que la designación de los roles de los distintos implicados en el proceso, lo que da paso a una organización de los tiempos y de los objetivos por parte del manager.
  • XP: esta forma de trabajo es exclusiva para el desarrollo de software. En ella van a participar siempre cuatro roles: líder, cliente, programador y tester. Cada uno de estos actores tiene tareas específicas que se van llevando a cabo poco a poco. Lo importante en XP radica fundamentalmente en la comunicación entre los diferentes roles, por lo que suele ser muy propio de esta forma de trabajar el concierto de entrevistas continuas entre todos los implicados en el proyecto con el objetivo de llevar a cabo las diferentes tareas teniendo presente un horizonte común.
  • Kanban: esta es otra de las formas más populares de la metodología agile. Tiene como objetivo evitar la sobreproducción en un contexto de trabajo, un problema en el que muchas veces caen las compañías casi sin darse cuenta. Para ello, es necesario que el manager o responsable se haga cargo de una cuidada planificación de objetivos y tareas que se hacen públicas para todos los implicados en el trabajo y que no se pueden rebasar de forma alguna. El control mediante reuniones vuelve a ser fundamental en esta forma de trabajo.
  • Lean: esta metodología agile es más que una forma de trabajo, ya que se ha convertido en la filosofía de muchos profesionales. Su misión es muy clara y se basa en producir solo lo necesario y en el momento justo. Por ello, desecha completamente el sobretrabajo y la producción excesiva de bienes a través de una fuerte planificación de las diferentes etapas de trabajo.

Como es fácil comprobar después de todo lo dicho, la metodología agile ha llegado al mundo de la empresa para dar solución a algunos vicios que llevan arraigados en la cultura laboral desde hace mucho. Pero para que tengan éxito es necesario que exista un manager capaz de implementarlas de forma adecuada y de llevar el trabajo con una organización y rigor sin los cuales agile no tiene ninguna oportunidad de triunfar.