reconocimiento facial

 

La biometría tanto por reconocimiento facial como por huella dactilar, es el sistema más difícil de engañar pese a los intentos de muchos ‘hackers’. Cuando se trata de verificar si la persona que accede a un recinto o servicio es la correcta hay sistemas, como las tarjetas de radiofrecuencia o de banda magnética, capaces de responder a la pregunta «¿Quién es usted?”, pero no garantizan que la persona que utiliza esa tarjeta sea la autorizada. En cambio, los sistemas que responden a: «¿De verdad usted es quien dice ser?» añaden un grado más de seguridad porque aparte de identificar, “autentican” a esa persona.

Como se sabe, mediante la biometría ​se identifica y autentica a una persona usando un conjunto de datos reconocibles y verificables que son intransferibles y específicos de esa persona. Pueden utilizarse otros datos biométricos como la huella digital, la palma de la mano o el iris, pero cuando se emplea el reconocimiento facial, diferenciamos dos principales tipos según la información que procesan: los llamados geométricos, basados en los rasgos faciales del individuo (ojos, nariz, boca, etc…) que detectan las distancias entre los distintos rasgos y ángulos de la cara; y los sistemas fotométricos, que trabajan con información del rosto en su totalidad.  A partir de ahí, la autenticación se obtiene en ambos comparando los datos que proporciona el individuo en el momento de su acceso con los datos pregrabados de la persona ‘que dice ser’ del siguiente modo: un sensor 2D o 3D «captura» el rostro, luego lo transforma en datos digitales aplicando un algoritmo y por último compara la imagen capturada con las que tiene archivadas una base de datos.

 

El sistema biométrico con más utilidades

El reconocimiento facial es el sistema biométrico con más recorrido por la facilidad de su implementación, por no requerir interacción física con el usuario y porque los procesos de detección de rostros y de coincidencia facial para la verificación son muy rápidos, ya que es capaz de hacerlo en cuestión de segundos e incluso en medio de una multitud o en entornos dinámicos e inestables.

Su uso ya es generalizado en todo el mundo, y en España hemos visto recientemente su aplicación en aeropuertos como el de Menorca y en los cajeros automáticos de la entidad CaixaBank. A nivel global, el mercado de la tecnología de reconocimiento facial alcanzó los 1.400 millones de dólares en 2017 y se pronostica que llegue a los 3.100 millones en 2022.

Entre sus muchas aplicaciones prácticas, las más importantes son las áreas de seguridad, salud y control en general. Por ejemplo, en 2018 la policía de Nueva Delhi utilizó esta tecnología para encontrar a más de 3.000 niños desaparecidos, y la policía de Boston logró arrestar a los terroristas que atentaron durante la maratón de Boston de 2013 apoyándose en programas de reconocimiento facial. En China, que prevé contar con 626 millones de cámaras de vigilancia este año, el reconocimiento facial es corriente en los bancos y aeropuertos, y los policías ya usan gafas con el sistema incorporado en las afueras de Beijing.

 

El reconocimiento facial en el control de presencia y accesos

La fiabilidad del reconocimiento facial lo está convirtiendo en un firme competidor de la huella dactilar en los controles de accesos y presencia, donde se recomienda especialmente para instalaciones con estas características:

  • Empresas con alto requerimiento de seguridad.
  • Empresas industriales en las que el personal debe llevar guantes.
  • Empresas sanitarias que necesitan un nivel de higiene máximo.
  • Empresas que deseen dar la imagen de una mayor evolución.

Para todos estos casos, la empresa especializada Cucorent dispone de modelos con lectores de reconocimiento facial que además son compatibles con otras tecnologías biométricas (huella dactilar) o digitales (Rfid o banda magnética) e incluso con teclados donde se introduzca un PIN número de identificación personal.

Se ajustan a las necesidades y volumen de cualquier empresa, son de fácil instalación y sus precios oscilan entre los 46€ y 58€ del alquiler y los 450€ y 600€ euros si se adquieren, según se trate del ‘Control de presencia Facial Cool-A’, ‘Reconocimiento Facial JARA’ o el ‘Control de accesos Palma Vestra’.