resolución de conflictos laborales

 

El trabajo en equipo es fundamental en el devenir de cualquier empresa. Y es que, actualmente, para desarrollar cualquier tarea profesional es necesario contar con la colaboración de varios empleados e, incluso, departamentos. Esto puede dar lugar a la aparición de conflictos laborales entre compañeros de muy diversa índole. Pero ¿cómo resolverlos? Aquí queremos darte una serie de consejos que te resultarán muy útiles al respecto.

¿Qué se entiende por resolución de conflictos laborales entre compañeros de trabajo?

Sin duda, la resolución de conflictos laborales que surgen entre los diferentes miembros de un equipo de trabajo es uno de los mayores retos a los que se tiene que enfrentar una empresa en general y un departamento de recursos humanos en particular. ¿El motivo? Pueden llegar a poner en cuestión la capacidad de cooperación, que es la clave para crear un buen clima laboral que potencie la productividad.

En concreto, los conflictos laborales son situaciones en las que uno o más miembros de un equipo de trabajo discuten por una causa concreta. Esta puede tener un origen muy diverso. Por ello, llegados a este punto, conviene analizar los distintos tipos existentes.

 

Tipos de conflictos laborales entre compañeros de trabajo

En primer lugar, debemos hacer una clasificación que gire en torno a los propios sujetos que forman parte del conflicto:

  • Conflictos intrapersonales. Son aquellos motivados por las discrepancias entre la educación y los valores de un trabajador y lo que se le pide que realice.
  • Conflictos interpersonales. Generalmente, tiene que ver con la jerarquía dentro de un mismo grupo de trabajo. Muchas veces, aunque compartan rango, los empleados pueden actuar como líderes, lo que puede dar lugar a disputas.
  • Conflictos intragrupales. Aquí hablamos de los que se producen dentro de un mismo equipo.
  • Conflictos intergrupales. En cambio, aquí hacemos referencia a los que tienen lugar entre distintos equipos dentro de una misma organización.

Una vez identificado y encuadrado el conflicto dentro de una categoría de las anteriormente citadas, hay que establecer su naturaleza. En este punto, podemos distinguir entre:

  • Conflictos contingentes. Son generados por pequeñas problemáticas que dan lugar a la aparición de rencillas ocultas desde algún tiempo atrás. Es habitual que generen una confrontación directa.
  • Conflictos mal atribuidos. Se producen cuando las propias partes no son conscientes de que están sufriendo un conflicto y lo achacan a un tercero.

Por su parte, una vez aplicados los métodos de resolución de conflictos laborales más adecuados, es posible analizar el problema a posteriori. En este sentido, resulta recomendable diferenciar entre conflictos constructivos, que son aquellos que se solucionan tomando medidas que satisfacen a las dos partes, y conflictos destructivos, para los cuales no hay una solución efectiva más allá del despido objetivo o traslado de uno o varios de los integrantes.

 

Principales técnicas de resolución de conflictos

Evidentemente, lo ideal es encontrar soluciones constructivas a los conflictos laborales. Para ello, podemos optar por una de estas cinco técnicas:

  • Arbitraje. Es la más adecuada cuando el conflicto viene dado por una situación muy particular que no revista excesiva gravedad y que requiera de una respuesta rápida. Consiste, fundamentalmente, en facilitar la intervención de una tercera persona perteneciente al equipo que actúe como moderador y que, tras escuchar a ambas partes, proponga una solución al problema.
  • Mediación. Es posible que el arbitraje no acabe dando los resultados esperados. En este sentido, la labor del mediador se basa en la neutralidad. Por ello, debe recurrirse a un tercero que no pertenezca al equipo del que forman parte ambos trabajadores. Su labor será crear un ambiente ideal para la conciliación y el entendimiento.
  • Facilitación. Al igual que las anteriores, esta es una de las técnicas de resolución de conflictos que requieren de la participación de un tercero. Su función es la de hablar con cada una de las partes por separado y, posteriormente, conseguir que se sienten a debatir hasta que alcancen un acuerdo.
  • Negociación. Aquí ya hacemos referencia a la resolución de conflictos laborales de cierta gravedad en los que es necesario dar algo a cambio. Es decir, en los que no basta con la mera conciliación entre las partes afectadas.

Para la aplicación de cualquiera de las técnicas anteriormente citadas para la resolución de conflictos laborales puede ser necesaria también la labor de indagación. Con ella, de lo que se trata es de entender por qué se ha producido la contingencia de modo que se pueda establecer qué parte tiene mayor razón. Al menos, en lo que respecta a los intereses de la empresa.

 

Los 5 mejores consejos para la resolución de conflictos laborales entre compañeros de trabajo

Ya sabes cómo identificar el tipo de conflicto al que te enfrentas y conoces las técnicas más adecuadas para gestionarlo. Así que ahora podemos darte una serie de consejos que incrementarán las posibilidades de que la resolución de conflictos laborales sea constructiva para la empresa y para las partes:

  • Aceptar que existe el problema. Ya que no se va a solucionar por sí solo. Lo más probable es que, si lo ignoras, acabe enquistándose y generando un conflicto de mayor envergadura. Además, como dijimos antes, el clima laboral se va a ver afectado inevitablemente por la situación.
  • Buscar una solución inmediata. Y que, a la vez, sea eficaz. Para ello, lo mejor es que pidas opinión al resto de miembros del equipo. Eso te dará una perspectiva completa y exacta del problema al que te enfrentas. Además, es algo que te ayudará a mejorar la comunicación interna y a encontrar una respuesta que realmente sea útil para acabar con el conflicto.
  • Dar importancia a cada parte. La forma ideal de hacerlo es hablando con cada una por separado y, acto seguido, reunirlos a los dos. Así ambos te darán su versión de los hechos. Posteriormente, cuando ya estén más calmados, se mostrarán más predispuestos a alcanzar un acuerdo. Recuerda que en ningún caso debes aceptar que se produzcan ataques, desaprobaciones o, incluso, insultos.
  • Aplicar técnicas de inteligencia emocional. Lo más importante es prestar atención a lo que dice cada parte y tomar nota. Esto hará que los empleados se sientan valorados y que te preocupas por ellos. También has de preocuparte por la ejecución del acuerdo alcanzado. Eso sí, sin parecer un vigilante. En este sentido, te resultará muy útil orientar las reuniones y discusiones de forma asertiva.
  • Llegar a acuerdos equitativos. De nada va a servir que promuevas un acuerdo en el que una de las partes sale perjudicada respecto a la otra. De hecho, con el paso del tiempo, volverá a surgir el mismo conflicto u otro diferente. El objetivo debe ser alcanzar una convergencia de intereses en la que los dos se sientan a gusto.

 

Atajar los conflictos entre compañeros para garantizar un buen clima laboral

En definitiva, la resolución de conflictos laborales es bastante compleja. La razón es que cada problema que surge dentro de un equipo de trabajo, aunque se pueda identificar y encuadrar en una categoría, requiere de la aplicación de soluciones personalizadas. Por ello, para poder afrontar esta tarea, es necesario mantener una actitud asertiva y comprensiva. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de preservar el buen ambiente de trabajo dentro del centro y, con él, salvaguardar la productividad del negocio.