fortalezas de los empleados

 

Aprovechar las fortalezas de los empleados es una cuestión fundamental para cualquier empresa. Al fin y al cabo, de ellas puede depender el nivel de productividad del equipo y el correcto ambiente laboral en el centro. Pero ¿cómo lo puedes conseguir? De ello queremos hablarte aquí en profundidad, así que presta atención.

Pero ¿cuáles son las fortalezas de los empleados que interesan a las empresas?

Toda empresa debe buscar entre las personas que contrata y entre aquellas que se presentan a sus procesos de selección las siguientes fortalezas:

  1. Puntualidad. Muchos empresarios no se la toman en serio, pero es vital. ¿El motivo? Llegar a la hora indicada al puesto de trabajo es la mejor señal de compromiso y motivación del trabajador para con su empresa que podemos encontrar. En este sentido, el sistema de registro horario puede ser de gran ayuda a la hora de detectar qué empleados son más puntuales y cuáles menos.
  2. Responsabilidad. Tampoco es habitual que los empresarios valoren en su justa medida lo difícil que puede resultar sacar el trabajo adelante en condiciones de mucho estrés. De hecho, el no premiar este tipo de situaciones suele llevar al desencanto y, en última instancia, a la fuga de talentos a la competencia. Algo que es del todo indeseable.
  3. Inteligencia emocional. Es la habilidad del empleado a la hora de gestionar sus propias emociones y las de aquellos que le rodean. Por tanto, se adquiere a partir de una mezcla de empatía y autocontrol. Esto ayudará, por ejemplo, a aportar seguridad a un cliente que tiene dudas acerca de los productos y servicios de la compañía y a resolver conflictos dentro del equipo de trabajo antes de que lleguen a producirse.
  4. Liderazgo. No, no todos los trabajadores deben ser líderes. De hecho, podría ser algo contraproducente ya que, para que un equipo funcione, todos deben conocer el rol que desempeñan. Sin embargo, no está de más que, en determinados momentos, el trabajador sea capaz de dar su opinión sobre cualquier asunto o, incluso, tenga la iniciativa de desarrollar una tarea sin la supervisión directa de su jefe.
  5. Trabajo en equipo. Directamente relacionado con el punto anterior. El trabajador ha de saber aceptar y asumir su rol. En ningún caso puede hacer la guerra por su cuenta. Actualmente, esta es una de las fortalezas que más valoran las empresas ya que los equipos multidisciplinares están a la orden del día.
  6. Capacidad de adaptación. Es algo que se tiene muy en cuenta en la fase de reclutamiento en empresas. Conseguir que el empleado se adapte lo más rápido posible a su nuevo puesto es fundamental para lograr mayor productividad. En este sentido, las estrategias de onboarding se antojan fundamentales. Detectar la flexibilidad, polivalencia y proactividad del candidato es imprescindible para destacar esta fortaleza.
  7. Compromiso. Solo hay una manera de conseguir que un trabajador haga un sobreesfuerzo, por ejemplo, echando horas de más para que un proyecto salga adelante en tiempo y forma. Hablamos, cómo no, de implicarle lo suficiente en el devenir de la empresa como para que se sienta 100 % comprometido. Evidentemente, hay personas que tienen más predisposición a ello que otras.
  8. Ambición. ¡Ojo! Un trabajador ambicioso, en el buen sentido de la palabra, es aquel que está dispuesto a hacerlo todo para progresar en la empresa sin pisar a sus compañeros. Aclaramos esto ya que, en muchos casos, entendemos este término como todo lo contrario. La falta de competencia sana solo repercutirá en un peor ambiente laboral.
  9. Comunicación. Tanto en lo que respecta al lenguaje verbal como al no verbal. Esto también es algo fácilmente detectable en la fase de reclutamiento en empresas, sobre todo, durante la entrevista personal. El responsable de recursos humanos que la realice debe valorar la capacidad de liderazgo del candidato en este sentido.
  10. Creatividad. Entendida como la capacidad por parte del trabajador de resolver cualquier problema por muy complicado que sea. Hay veces en las que, mientras que unos empleados se obcecan con una solución no viable, otros buscan alternativas donde parece no haberlas.

 

¿Cómo detectar las fortalezas de los empleados?

Es posible que un empleado extremadamente creativo se vea atrapado en un puesto administrativo. O que otro extremadamente responsable y comprometido no se sienta lo suficientemente valorado. No detectar a tiempo estas fortalezas, como dijimos antes, solo puede provocar dos cosas: la desmotivación del trabajador (y su consiguiente descenso de rendimiento) y su marcha a otra empresa de la competencia.

Por tanto, la detección de las fortalezas de los empleados que conforman la plantilla de la empresa se antoja fundamental. Para encontrarlas, es necesario:

  • Realizar listados con aquellas fortalezas de los empleados que interesan ser detectadas. Pueden ser de índole creativa, social, persuasiva, emocional… No importa. Lo relevante es tenerlas claras.
  • Planificar eventos mediante los cuales sacarlas a relucir. Hablamos, por ejemplo, de dinámicas de grupo, teambuildings, reuniones periódicas, formaciones, etc.
  • Contratar los servicios de un profesional especializado. Un coach o figura similar puede ser muy útil a la hora de detectar estas fortalezas.
  • Análisis. Una vez finalizado el evento en cuestión, toca analizar qué han mostrado los empleados.
  • Actuar en consecuencia. Llegados a este punto, llega el momento de desarrollar un paquete de medidas personalizadas que permita a cada empleado desarrollarse personalmente dentro de su puesto de trabajo.

Por su parte, durante la fase de reclutamiento en empresas también es posible encontrar estas fortalezas. La persona de recursos humanos que se ocupe del proceso de selección ha de buscarlas, en primer lugar, en el currículum para, posteriormente, verificarlas durante las entrevistas grupales y las diferentes dinámicas llevadas a cabo. Finalmente, durante la entrevista personal y el período de prueba llegarán los auténticos momentos de la verdad.

 

¿Cómo aprovechar las fortalezas de los empleados?

  • Un aspecto clave en la estrategia de employer branding de cualquier empresa. ¿La razón? Exprimirlas será muy útil de cara a economizar el tiempo, mejorar el ambiente laboral e incrementar la productividad.
  • Todo lo que no sea aprovechar esas fortalezas supone un desperdicio de talento. Por ello, la primera pregunta que debes hacerte (obviamente, también a él) es si ese trabajador que destaca, por ejemplo, por sus habilidades comunicativas realmente quiere pasarse el día frente a un ordenador.
  • Después, llega el momento de decidir si es conveniente buscarle otro puesto dentro del organigrama empresarial. En este sentido, la cuestión clave es si es imprescindible o hay otras personas que pueden desarrollar las funciones que el desempeña actualmente.
  • En caso de que el trabajador no esté contento con su puesto de trabajo y que su labor actual pueda ser desempeñada por otro, la respuesta está clara: hay que reubicar al empleado. Esto le proporcionará una dosis extra de motivación para el presente y el futuro.

 

En definitiva, la detección de fortalezas de los trabajadores es un proceso que debe dar comienzo durante el reclutamiento en empresas. Sin embargo, si no se hizo bien en su momento, nunca es tarde. Aprovechar al máximo estas virtudes tendrá efectos tremendamente positivos sobre la productividad del negocio y, además, ayudará a fidelizar a los empleados y a convertirlos en embajadores de la marca. Así será más fácil retener el talento existente, evitar que se vaya a la competencia y captar nuevo personal de manera más rápida y sencilla.