Anatómicamente, la huella dactilar es la estructura formada en la yema de los dedos por las crestas papilares (glándulas de secreción de sudor situadas en la dermis). Esta estructura es única para cada persona y una vez definida, en la semana 19 de gestación, permanece inalterada toda la vida. Por esta razón el dibujo de la huella ha dado lugar a la dactiloscopia, sistema científico de identificación mediante la comparación de las huellas digitales. Su carácter «científico» no es exagerado, ya que la dactiloscopia se basa en las leyes científicas de la perennidad y la inmutabilidad, y está respaldada también por la «probabilidad» matemática.

La probabilidad de un resultado se expresa con un número comprendido entre cero (0) y uno (1), de modo que cuanto más probable sea el evento más cerca está de la unidad y, por el contrario, la probabilidad cero (0) indica que el acontecimiento no se presentará nunca. Pues bien, en la dactiloscopia, la posibilidad de hallar dos personas con las mismas impresiones dactilares, es cero (0), sencillamente imposible.

Esta fiabilidad ha hecho de la dactiloscopia uno de los métodos  más utilizados a nivel mundial para establecer fehacientemente la identidad de un ser humano, llegándose a afirmar que carece de margen de error y es más fidedigno que el Adn y la carta dental.

 

Pioneros de la dactiloscopia

Hagamos un poco de historia. Francis Galton (1822/1911) fue un primo de Charles Darwin que incluía la antropología y la estadística entre sus muchos saberes, sentó sus bases al aplicar por primera vez métodos estadísticos en la recogida de datos para sus estudios antropométricos sobre las diferencias humanas. Por su parte, el criminólogo y antropólogo francés Alphonse Bertillon (1853/1914) inauguró en 1882 la «antropometría», técnica para identificar delincuentes basada en la medición de varias partes del cuerpo y la cabeza, marcas individuales, tatuajes, cicatrices y otras características personales únicas del sospechoso. Pero fue el croata nacionalizado argentino Juan Vucetich (1858/1925) quien verdaderamente fundó el sistema de identificación por huella digital. Partiendo de las ideas de Francis Galton confirmó que las crestas

papilares podían clasificarse en grupos y creó la Oficina de Identificación Antropométrica en Buenos Aires en el año 1891.

Llamó a este sistema, en homenaje a su predecesor inglés en estas investigaciones, «Método Galtoneano», y se componía de 101 tipos de huellas digitales clasificadas por él sobre la taxonomía previa de Galton.

 

Sumando nuevas utilidades a diario

A estas alturas casi habría que preguntarse «para qué no se utiliza» la huella dactilar. El reconocimiento por huella es el sistema de identificación biométrico más extendido y que mejor se ha adaptado a las necesidades cotidianas en la era digital, lo que habla en favor de su incorruptibilidad y multiplica su desarrollo.

Cada día hay noticias de nuevas aplicaciones en cualquier rincón del globo. Algunas mantienen su karma policial, como su reciente implantación en las cárceles de Costa Rica, que acaban de adoptar  este sistema para registrar a los reclusos y a los visitantes de sus centros penales. Pero hay muchos más casos de aplicaciones «amables» que, aprovechando el grado de seguridad que garantiza el sistema, llevan la huella dactilar a herramientas que utilizamos a diario, como WhatsApp. Una de las funcionalidades más recientes de la aplicación de mensajería para smartphones preferida de los españoles para comunicarse, ha sido añadir la opción de desbloqueo mediante huella para mejorar la privacidad y evitar que los mensajes puedan ser vistos por quienes no queramos.

 

Cucorent recomienda instalar un lector de huella digital

Los sistemas de control de presencia y de accesos utilizan en su mayoría lectores de huella digital para capturar la información de las personas que los utilizan. Estos lectores son los más comunes y algunos dispositivos pueden leer hasta las huellas digitales de los diez dedos. La razón de su éxito es que estos prácticos equipos imposibilitan la suplantación de identidad tanto en el control de presencia en el trabajo como en el acceso a áreas restringidas.

Su funcionamiento es sencillo: Los empleados se identifican con su huella dactilar a la hora de entrar y salir del puesto de trabajo; esa información se graba en la memoria del terminal y queda a disposición de la App que la utilizará posteriormente para registros e informes.